Sucede que me canso de ser mujer.
Sucede que me canso que de mirarme a diario y encontrar esa mueca triste, amargos ojos afilados y pestañas gruesas y rizadas.
Sucede que me canso de mi pelo, de mis uñas, de mis labios.
De empolvar mi cara con un algodón de continuo.
De disfrazarme con suculentos trapos de tiendas con olor a ambientador barato.
Sucede que me canso de ser mujer.
De estar impecable y perfecta para gustarme a mí y a otros,
y de quitarme el vello de las piernas y axilas.
De no tener granos en la cara y de que mis dientes parezcan un hilo de rosas blancas en medio de un jardín oscuro.
De caminar como un avestruz subida a unos altísimos zapatos, que me dañan los pies y que me hacen recordar la Pasión de Cristo cuando voy en ellos.
Sucede que me canso de sonreír por nada.
De hacer la lista de la compra, y de ponerme cremas untuosas por el cuerpo al acostarme.
De limpiar los cristales el sábado para el domingo no tener que madrugar y quedarme diez minutos más en la cama.
Sucede que me cansé de sangrar mensualmente en unos determinados días.
De poseer por obligación ese instinto al que llaman “maternal”, el cual no se ha hecho presente en mi existencia.
Sucede que me canso de ser mujer.
Sucede que me canso de tomar ensalada monótonamente como primer plato, para no estropear mis curvas.
De reprimir expresiones malsonantes de mi boca cuando estoy enfurecida, porque he de resultar tierna y dulce para el mundo.
De llorar por los rincones, deprimirme y sentir melancolía, cuando algo en mi vida no va del todo bien.
Wednesday, February 9
y sucede que me canso...
encontre este poema en el internet, inspirado en mi poema favorito de Pablo Neruda, Walking Around, pero esta vez con toque de mujer! que bello!